jueves, 10 de diciembre de 2009

PI (FE EN EL CAOS)


TÍTULO ORIGINAL: Pi
CALIFICACIÓN: 3
Fecha de visión: 25 de noviembre de 2.008
NACIONALIDAD: EE.UU.
AÑO: 1.998
DIRECCIÓN: Darren Aronofsky
INTÉRPRETES: Sean Gullette, Mark Margolis, Ben Shenkman, Samia Shoaib, Pamela Hart, Ajay Naidu, Stephen Pearlman, Joanne Gordon, Kristyn Mae-Ann Lao, Espher Lao Nieves, Lauren Fox, Stanley Herman, Clint Mansell, Tom Tumminello, Henri Falconi
MÚSICA: Clint Mansell
FOTOGRAFÍA: Matthew Libatique (blanco y negro)
GUIÓN: Darren Aronofsky, basado en un argumento suyo, de Sean Gullette y de Eric Watson
CRÍTICA:

Max

Corre por ahí el rumor -leyenda urbana, por lo visto, ya que no he encontrado ninguna referencia a ello en internet- de que en un pase para la prensa en cierto festival de prestigio (uno de esos en los que los premios tienen nombre de animal o de planta), y cuando se estaba presentando la última cinta de uno de esos renombrados directores tan dados a la masturbación mental, pues bien, dicen que en tan señalada ocasión, el proyeccionista se equivocó en el orden de las bobinas. Cuando se percató del error, detuvo la película y volvió a exhibirla en su orden correcto, para desgracia de muchos de los críticos presentes en la sala, que estaban al borde del orgasmo ante el marasmo incomprensible -pero, sin duda, genial- que habían estado presenciando.

Viene esto a cuento para señalar hasta qué punto los críticos cinematográficos se dejan sugestionar por cualquier rareza inclasificable que cae en sus manos, ante la que poder demostrar al común de los mortales los intrincados procesos mentales que llevan a cabo sus neuronas; muchas veces, estoy convencido de ello, ni han comprendido la película ni se acercan remotamente en su interpretación a la intención que tenía el autor (normalmente, un caradura con ínfulas de creador, pero esa es otra cuestión), pero ellos son felices abriéndonos los ojos y, además, si no fueran tan selectos, tan inteligentes y elitistas, cualquiera podría ser crítico de cine, y eso sí que no.

Me dispuse a ver este "Pi, fe en el Caos", con la curiosidad y la expectación de quien se enfrenta a la "opera prima" de un nuevo Orson Welles, predispuesto a rendirme ante una propuesta original y rompedora. En su lugar me encontré con una cinta verdaderamente aburrida, falsa, intelectualoide, pedante y muy superficial, que basa su todo su supuesto atractivo en su "riguroso blanco y negro" y en una atmósfera opresiva tras la que, en teoría, debería esconderse EL MENSAJE. Todo pura fachada para epatar, pues su complejidad es muy relativa, y es que tras esa estética modernista de autor maldito no hay más que un castillo de naipes mal hilvanado que ni interesa ni produce más que bostezos.

Decepcionante.

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